Subir Aconcagua
Toda la información para iniciar tu aventura de alcanzar la cumbre más alta de América
El camino desde Mendoza hasta el Parque Nacional Aconcagua es una travesía en sí misma. La Ruta Nacional 7 te lleva desde la ciudad de Mendoza hasta Puente del Inca, donde comienza la verdadera acción. Manejar por esta ruta implica atravesar viñedos y paisajes que cambian drásticamente hasta llegar a la base del Aconcagua.
Lo primero que hay que saber es que existen diferentes rutas y recorridos para finalmente alcanzar la cima del Aconcagua. Además de las capacidades técnicas de cada persona dispuesta a enfrentar este desafío, habrá que considerar el factor climático como elemento fundamental para el desarrollo y éxito de la expedición.
En segundo lugar, no cualquiera puede subir el Aconcagua. Se requiere mucha experiencia en montaña y contratar guías para el ascenso es obligatorio. Al igual que cualquiera de los picos que superan los 5.000 msnm se aplica la técnica de ascenso progresivo y aclimatación. Esto significa que, en promedio, el total de la expedición puede implicar unos 18-20 días ya que se van ganando metros de a poco y se considera otro tiempo para que el cuerpo se acostumbre a esa altura antes de seguir avanzando en altura.
Al llegar al parque, es el momento de cargar con el equipo y dirigirse hacia el Campamento Plaza de Mulas, ubicado a 4,300 metros sobre el nivel del mar de donde nos separan alrededor de 40 kilómetros. Este es el campamento base de Aconcagua. Aquí, las carpas salpican el terreno y es donde nos equipamos con crampones, piolets y todo lo necesario. Cabe mencionar que no es necesario tener todo el equipo, hay varios elementos que se pueden alquilar. Por ejemplo, en pocas ocasiones vamos a necesitar bolsas de dormir que soporten los -30 grados o camperas para las mismas temperaturas. Por supuesto deben consultar antes con sus guías pero sepan de antemano que no hace falta desembolsar una gran cantidad de dinero para comprar todos los equipos.
Tras unos días de descanso en Plaza de Mulas, se hace el porteo de algunos elementos hacia el siguiente campamento: Plaza Canadá 5,050 msnm. Tras dejar la ropa y el equipamiento descenderemos para dormir nuevamente en el campamento Plaza de Mulas. De esta manera, el cuerpo se aclimata mejor al subir y descender. Al día siguiente, si el clima acompaña se hace el ascenso al campamento Plaza Canadá donde pasaremos la noche. Luego, la ascensión hacia el Campamento Nido de Cóndores se vuelve más exigente, y es aquí donde se siente el impacto de la altitud.
El Campamento Plaza Cólera, situado a unos 5,900 metros, marca un punto crítico donde el mal de altura se hace más evidente. Aquí es donde la mayoría de las personas deciden quedarse porque comienzan a sentir los síntomas del mal de altura. Una decisión prudente en este entorno desafiante y que no es fácil de tomar. Lo más normal es que el cuerpo no pueda realizar los movimientos acordes para seguir subiendo y quizás acompañado de una serie de frases que carecen de sentido. Suficiente para dar media vuelta y empezar a bajar..
La comida, limitada en variedad debido a las condiciones, se convierte en una necesidad más que en un placer culinario. La resistencia de la ropa técnica y el equipamiento es crucial para mantenerse seco y relativamente cálido en estas condiciones extremas.
La vista desde el Aconcagua a más de 6,960 metros es sobrecogedora, y la sensación de logro es innegable. Por supuesto, hay que guardar energías para emprender el descenso y llegar a casa sanos y salvos. Al fin y al cabo éste es el gran objetivo y no solamente hacer cumbre. La montaña exige respeto y pone a prueba nuestros límites. ¿Estás listo para emprender este desafío?