El camino de los siete lagos

7 lagos

El llamado camino de los siete lagos abarca parte de las provincias de Neuquén y Río Negro, en el noroeste de la Patagonia argentina.

El paisaje compuesto por montañas imponentes, majestuosos lagos y mágicos bosques milenarios, se ve enriquecido con encantadores mitos y leyendas, que le brindan una mística especial. Se trata de un recorrido que puede hacerse durante todo el año, ya que sólo se cierra el paso durante algunos días de nevada intensa y en pleno invierno.

Si bien hay distintas maneras de recorrer la legendaria ruta patagónica, la mejor formar es comenzar la excursión desde Bariloche. El recorrido brinda la oportunidad de conocer los Parques Nacionales Nahuel Huapi y Lanín que deslumbran por los sucesivos paisajes de extraordinaria belleza. Además, componentes de una riqueza sin igual dotan a la región de características únicas.

Rasgos del arte, cultura e historia local dan brillo a su identidad. Uno de los principales atractivos de la zona lo constituyen los numerosos y reconocidos centros de esquí: Caviahue, Chapelco, Catedral, Bayo, Batea Mahuida, La Hoya, Pucón y Antillanca. Estos lugares reciben a los amantes de las nieve durante la temporada invernal con infraestructura y servicios de calidad internacional. La zona y su generosa naturaleza, que invitan al turista durante todas las estaciones, ofrecen la posibilidad de practicas actividades recreativas y deportes para todos los estilos. Trekking, cabalgatas, mountain bike, ascensiones, pesca con mosca y kayak son algunas de las prácticas más recomendadas para realizar turismo aventura y de exploración.

El recorrido desde Bariloche

El camino de los siete lagos pasa por el tramo de la ruta nacional 234 y que une las localidades de Villa La Angostura y San Martín de los Andes. Desde Bariloche, en realidad son ocho los lagos que se pueden apreciar, pues el trayecto se inicia por el Nahuel Huapi y continúa por el Correntoso, el Espejo, el Escondido, el Villarino, el Falkner, el Machónico hasta llegar el Lácar.

Una vez iniciado el camino propuesto, ya desde la ruta se abre una vista panorámica del lago Nahuel Huapi, el sexto en extensión del nuestro país y el primer lago del circuito que sigue hasta Villa La Angostura, una típica villa de montaña donde se encuentran todos los servicios y es posible realizar múltiples actividades como la náutica, el trekking, cabalgatas, excursiones en bicicletas de montaña, de pesca y todo en un marco de naturaleza plena.

Otra curiosidad que contiene este camino es el particular río Correntoso. A través de él se une el lago homónimo con el Nahuel Huapi y, por su escasa extensión, se constituye en el río más corto del mundo, uno de los preferidos de los pescadores deportivos de salmónidos por excelencia. Más adelante se encuentra el Brazo Última Esperanza, donde empieza el camino ripio hasta llegar a Pichi Traful y un hermoso mirador panorámico del lago Espejo, llamado así por la transparencia de sus aguas. Acompañado por un complejo hotelero con todos los servicios y al lado de una hermosa playa y un área de acampe, constituyen una opción para tomar un descanso del ruido.

Continuando el viaje, y una vez que se cruza el puente sobre el arroyo Ruca Malén, hay que hacer un alto y observar las cristalinas aguas verdes y los troncos sumergidos. Allí se encuentra otro acceso que lleva al lago Espejo Chico, tras recorrer 2km en medio del bosque que posee un camping ecológico. Antes de cruzar el puente sobre el río Pichi Traful, se abre otro camino menor para acceder al lago, también con un área de acampe y una espectacular playa de arena rodeada de una exuberante vegetación. Siguiendo por la ruta 65 se llega fácilmente a Villa Traful. Es un desvío secreto lleno de sorpresas en el camino. Vale reservar un par de horas más por lo menos para conocerla bien y descubrir un pequeño pueblo, tranquilo y auténtico, donde está ubicada la fábrica de los exquisitos alfajores «Del Montañés» y también el río Minero, que ofrece cabalgadas imperdibles.

Un poco más adelante se puede divisar entre el follaje un pequeño lago de aguas verde esmeralda, el Escondido, con un mirador que invita a capturar esa vista. A esta altura, el camino ingresa en los valles de los lagos Villarino y Falkner. Separados por un angosto istmo, son considerados dos de los más hermosos de este trayecto. El camino permite ver el lago Villarino desde la altura, para poder descender por el istmo y cruzar el río del mismo nombre. En este lugar se encuentra la Hostería del Lago Villarino, especial para pescadores y con diversos servicios según la estación. Además, hay buenas posibilidades de acampar a orillas del lago Falkner.

El camino transita ahora por un amplio valle donde sorprende la imponente cascada Vullinanco. Poco después se encuentra el ingreso al Parque Nacional Lanín, por un amplio portal de troncos que divide ambos Parques Nacionales, para luego abrirse ante los ojos del viajero el amplio valle del lago Hermoso.

Llegando a San Martín de los Andes

Desde el puesto de la Gendarmería se ingresa a la costa del lago Hermoso, el más bello de este circuito. Pequeño, con sus riberas cubiertas de selva y su playa que mira hacia el oeste y protegida del viento, ofrece lugar para acampar y una proveeduría. La combinación de vegetación selvática que cubre los cerros junto a la coloración azul profundo de sus aguas demuestra a simple vista, el porqué de su nombre.

El camino continúa hasta el lago Machónico, donde el paisaje es más árido. Llegando a San Martín de los Andes, es necesario contemplar el amplio valle del Pil Pil, ocupado desde hace décadas por aborígenes mapuches, los pobladores más antiguos de la zona. Muy cerca de ahí está el Mirador del Arroyo Partido, un fenómeno de la naturaleza, y el desvío hacia el centro de esquí Chapelco.

A pocos minutos, se llega a la villa veraniega de Quila Quina, uno de los mejores balnearios naturales de la región, con un especial microclima enclavado en pleno corazón de las tierras de la comunidad mapuche Curruhuinca. Y, ya casi llegando al destino final, vemos la playa Catritré, un paradisíaco lugar con un camping organizado, una capacidad para 80 parcelas, un edificio con sanitarios, duchas y piletas para lavado, proveeduría y una confitería.

Es entonces cuando comienza el faldeo de la orilla sur del imponente Lago Lácar, hasta llegar a San Martín de los Andes, donde se accede por avenida Costanera. Se trata del principal corredor turístico de la región, reconocido en todo el mundo por su inigualable belleza paisajística y sus innumerables miradores panorámicos naturales, lagos, ríos, lagunas y un sin fin de atractivos que se abren a la vista de quienes estén dispuestos a descubrir sus encantos y misterios.