Claves para evitar el miedo a volar en avión

Miedo a volar

El miedo a volar es una de las principales barreras que impide a las personas moverse de un lugar a otro de la forma más segura y veloz. Por qué padecemos las horas previas y durante el vuelo? Esta espina que cuesta erradicarla de nuestro cerebro tiene solución o, al menos, una serie de consejos que ayudarán a calmar ese pánico a volar.

Posiblemente no sepas que es un «mal popular» y millones de personas alrededor del mundo lo sufren. El miedo a volar, o la aerofobia, se define como el terror obsesivo a estar en el aire. La psicología se ha encargado de tratar este asunto con seriedad ya que la tendencia a viajar en avión crece año tras año y cada vez son más las personas que usan ese medio de transporte para distancias medias o largas.

Diferenciar entre fobia y miedo

Todos los viajes generan cierta ansiedad. Hay horarios que respetar a raja-tabla y una infinidad de cosas en las cuales no podemos fallar: llevar la documentación correspondiente, empacar todas las cosas que vamos a necesitar, tener a mano los vouchers de vuelos, traslados, hoteles (afortunadamente los teléfonos móviles nos están facilitando las cosas en tal sentido), llegar al aeropuerto no muy temprano pero a tiempo, dejar nuestra casa lista para que sobreviva unos días sin nosotros y así la lista continúa. Como si fuera todo de vida o muerte. Si nos olvidamos el cepillo de dientes o un par de zapatos podremos comprarlos tranquilamente en el aeropuerto o adonde sea que estemos viajando.

Ese listado maquiavélico de cosas que no pueden fallar nos lleva a un punto límite de stress y ansiedad. Quién no ha pensado rumbo al aeropuerto «No veo la hora de estar en el hotel desempacando»?

En las personas que sufren miedo a volar esos pensamientos aparecen en su cabeza con una anticipación de tiempo desmedida. Es natural estar levemente preocupado unos segundos antes de despegar pero no lo es semanas o meses antes. Es decir, el viaje en avión muy pocas veces es placentero. Ya sea por el ruido, la falta de aire, el poco espacio físico y por el simple hecho de saber que no podremos salir de ese cilindro hasta unas cuantas horas después. Está claro que los que gozan de estar 12 horas dentro de un avión son las excepciones. Sufrir aerofobia no significa que estemos locos ni tenemos por qué avergonzarnos de ello. De seguro en los vuelos hay muchas otras personas en la misma situación.

Reconocer el problema es un primer paso importante para lograr resolverlo. Puedes compartirlo con los acompañantes de tu vuelo y comentarlo con las azafatas o comisarios de abordo para que estén al tanto. Ellos te darán un trato especial y estarán pendientes en todo momento para que tu experiencia sea la mejor posible.

Recuerda: Si compraste un ticket de avión con 6 meses de anticipación y en lugar de pensar en los sitios que vas a visitar ya estás visualizando el despegue con nerviosísimo eres miembro de este club. Pónte cómodo y sigue leyendo.

Aprender a manejar el miedo irracional

La clave para empezar a vivir los vuelos de una forma más tranquila es racionalizar el miedo y tomar conciencia acerca de qué es lo que lo genera. Algunos lo ven como falta de costumbre pero también el miedo puede despertarse en personas que han volado muchas veces. Piensa si sientes el mismo temor cuando conduces tu automóvil, subes a un taxi o tomas el subte. En nuestra vida cotidiana estamos en contacto con medios de transporte que superan ampliamente los riesgos de sufrir un accidente antes que el avión. Por qué debiéramos aterrorizarnos al decidir viajar de la manera más segura que existe?

Información de ayuda para tener en cuenta

El comandante habrá descansado bien? Los mecánicos habrán revisado correctamente el avión? El controlador aéreo será lo suficientemente capaz para otorgarnos una pista de despegue/aterrizaje disponible? Los ingenieros hicieron bien los cálculos sobre el peso del avión? Todas las respuestas son afirmativas en un 99.9% y existen alarmas y procedimientos rutinarios para detectar fallas y resolverlas sin necesidad de que ocurra una tragedia.

Por ejemplo, sabías que los pilotos tienen entrenamientos obligatorios en los cuales despegan con 1 sólo motor? Todo está preparado para contratiempos o eventualidades. Si tu mayor miedo es que una turbina deje de funcionar al momento del despegue ahora ya lo sabes, el avión puede levantar vuelo sin ningún problema. Dar la vuelta y volver al aeropuerto.

Las turbulencias son de esperar

Si son de los que están listos en la puerta de embarque algunas horas antes habrán notado que la tripulación ingresa al avión mucho antes que los pasajeros. Durante ese tiempo, los pilotos revisan las condiciones meteorológicas de la ruta asignada y gracias a la instrumentación de los tiempos que corren ya saben si encontrarán tormentas o turbulencias. Dependiendo del grado, pueden solicitar permiso para desviarse y evadirlas manteniendo su rumbo.

Es decir, las tormentas no toman por sorpresa a los comandantes y la aeronave no corre peligro de entrar en caída libre aún en medio de una impresionante tormenta. Los aviones de los vuelos comerciales que todos utilizamos se someten a pruebas que los llevan al límite. Para probar su resistencia existe un equipo de la fuerza aérea de Estados Unidos que pilotea estos mismos aviones comerciales por el centro de los huracanes. De más está decir que lo hacen sin pasajeros. Han escuchado algún caso de accidente en estas pruebas? No, simplemente porque los ingenieros que diseñaron el avión ya han previsto que esto sucedería.

Las turbulencias son comunes de encontrar en los vuelos y no tiene que ver con un mal funcionamiento del avión. Además de declarar la ruta o aeropuertos alternativos antes del despegue, los comandantes identifican las zonas de turbulencias para evitarlas pero pueden simplemente aparecer por pozos de aire o fuertes ráfagas de viento momentáneas. No existe lógica alguna que haga pensar que una turbulencia puede derribar a un avión de casi 300 toneladas.

Cursos y seminarios para curar el miedo a volar

Consulta en la página web del aeropuerto más cercano que tengas en tu ciudad ya que existe una gran oferta de cursos que te ayudarán en los momentos más tensos. No es algo de un día para el otro ni existe la solución definitiva pero de seguro harán que tus viajes en avión sean más placenteros disminuyendo la fobia y convirtiéndolo en el miedo lógico que todos tenemos cuando nos movemos a 800 km/h a 10.000 metros de altura.